sábado, 6 de abril de 2013

El frío es una historia.


Para R. y M.
Lo único que no sabe bien en Varsovia es el agua.

Varsovia es una ciudad con mujeres de manos jóvenes y cara vieja. Varsovia es una ciudad habitada en el transporte público y los subterráneos. No se puede caminar por fuera. Varsovia son los pájaros de Hitchcock. Varsovia es una ciudad inmensa y reconstruida. Varsovia es una ciudad de manos jóvenes y cara vieja.

Varsovia es una ciudad precaria.

La precariedad es una casa que tiembla. 

La precariedad es un corazón que tiembla, lleno de vida. La precariedad son dos personas que se quieren. La precariedad: el suelo que cruje bajo mis pies. La precariedad: llevar tres capas de ropa y seguir desnuda.

Pregúntame dónde moriré y le restaré importancia. Pregúntame con quién moriré, y te diré que tengo frío. Te diré que tengo nieve.

Me enseñaste que huir no te hace ser diferente. Me inventaste una ciudad para que huyera. Me inventaste una ciudad donde conocer gente nueva, de manos pequeñas y ojos tristes. Gente vieja. Me inventaste una ciudad en la que no sabe bien el agua. Te diré que tengo sed. Me dirás, filtro en la mano. Me dirás si quiero agua.

Lo único que no sabe bien en Varsovia es el agua, por eso tenemos que filtrarla.

4 comentarios:

  1. La nieve derretida, el agua de Varsovia; las almas congeladas, el agua de Varsovia; los edificios silenciosos, el agua de Varsovia; los pájaros de barro, el agua de Varsovia; los amantes imperfectos, el agua de Varsovia.

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  2. Cuando tus ansias de viajera te lleven por las calles de La Habana, escribirás sobre amaneceres calurosos, gente "super maja", mestizaje, rumba, bongó, baile, son, tradición yoruba, repentismo. Te invito a que camines por el medio de las calles de La Habana. Saludos desde Latinoamérica.

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  3. Me encantaría, quizá algún día.

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