martes, 18 de septiembre de 2012

Raúl Vacas: El peso del amor.


Porque jamás voy a quererte
como lo hice un día
cuando el amor era la única certeza.


La muerte como única certeza.

Y cuando digo amor, quiero decir muerte. La muerte del amor o su principio, donde también muere algo. Donde siempre muere algo para que nazca ese amor, enfermizo y desmedido como fumar un cigarrillo detrás de otro. O cualquier otra excusa: La noche es una excusa / como cualquier otra. De eso trata la excusa o la señal. La señal: la marca en el músculo; el ruego. Dime que el amor es sólo un músculo. El amor es sólo una excusa para sentirse solo. El amor nos hace bárbaros. El amor corrompe. La soledad del bárbaro es, tal vez, / la más secreta de las soledades. Porque Detrás de tu mentira / está tu rostro y, ¿no somos lo que amamos? ¿No somos lo que decimos? ¿Decimos lo que amamos? ¿Alguna vez decimos cómo vamos a movernos?

No morirás, tampoco soñarás
tu muerte. Caminarás por la nieve
que sobró de octubre. Te marcharás
con el propósito de amar intacto,

lejos de mí

La muerte está dentro de uno, concluye.

Gracias, Raúl, por seguir creyendo en los naufragios.

(Todas las citas en cursiva, excepto la segunda, pertenecen a Señal, de Raúl Vacas, editado en Mundanalrüido, 2010, con ilustraciones de Sara Morante. 
La segunda cita pertenece a Confieso que he fumado, Ediciones De Vacas y Castaño, 2007. 
Y el "Poema para ser leído en un espejo" de la fotografía pertenece a El calor de los labios a solas, Ediciones De Vacas y Castaño, 2009.)

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