lunes, 19 de julio de 2010

poesía magnética.





Hay poesía que es como una ola: te alcanza, te cubre por completo, y después se va, habiendo dejado una pequeña capa de sal en ti que tal vez en el futuro olvides, pero que seguirá influyéndote. Pero hay otras poesías que son magnéticas, cuyas palabras se quedan pegadas a tu piel como pequeños imanes y te acompañan con intensidad durante un periodo de tiempo tal vez más breve. También hay poesía que pasa indiferente a nuestro lado, como un soplo de aire, y que puede que, más tarde, cuando nos la volvamos a encontrar, se convierta en una ola o en un imán. O no.

Busco poesías magnéticas que se queden pegadas al cabecero de mi cama; busco poesías como olas que se me traguen entera y me arrastren a las profundidades del océano, a una nueva realidad.

Pero también puedo conformarme con esta poesía que es, literalmente, magnética. La compré en el Museo Van Gogh de Amsterdam, y sirve para matar las horas de aburrimiento y desperar la inspiración. Cuando me siento inspirada, cambio la poesía de nuestra nevera. La poesía del día, de la semana, del mes. La poesía de mi corazón en ese mismo latido.

5 comentarios:

  1. Es monísimoo. Me encanta =D. Qué penita que no haya también en español =(.

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  2. Por cierto, me encanta la última foto.

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  3. Jo, qué antojo, yo también quiero poesía magnética.

    (Ey little girl, te recomiendo que elimines lo de "autentificación" para comentar, lo de escribir la palabra que sale, mientras no tengas problemas con los bots.)

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  4. Ay, pensaba que no lo tenía puesto porque a mí no me sale :/. Ya lo he quitado, gracias ;).

    <3

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