Me dirán: "Has cambiado. No sé en qué, pero te veo diferente". No más alta, ni más gorda, ni más delgada. Diferente.
Me dirán: "Estás más fuerte, has hecho ejercicio", y yo diré "Sí, es el yoga y el pilates".
Soy más fuerte, pero más flexible. Ya no me oculto tras una dura cáscara de nuez que se resquebraja al primer golpe.
Y también es el corazón. Está diferente. Lo he ejercitado.
(Tal vez tenga la suerte de que algunas personas no me reconozcan. Lo dudo).
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