Que soy mar y el mar ha venido para estar aquí conmigo. Que soy tierra y soy roca y soy viento que erosiona y estoy aquí para dejarme erosionar. Que el mar moja y escuece y cura, y el cielo espera, este cielo limpio tras la Tramontana. El cielo espera aunque a veces no sepamos dónde. No confiaba en la habilidad del mundo para agarrarme entre sus brazos, aunque era yo la que creía que me aferraba.
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