no me gusta la leche
y eso no quiere decir que no sea buena
Letitia Ilea
Mis padres beben leche,
esa que durante el hambre
engorda y alimenta,
esa que me negué a tomar
durante los años enfermos.
No habría sabido llegar de ningún modo
cuando fallaban las fuerzas:
el miedo al blanco y a delirar,
el miedo al blanco y a delirar,
a las piernas crecientes y al dolor menguante.
a que la ropa se nos quedara pequeña.
Aprender a dar las gracias
y tener que pasar la noche a cubierto.
Gracias por dejar que me quede.
Gracias por obligarme a marchar.
Gracias por no dejarme cargar más
que con la piel muda.
Gracias por curar la enfermedad.
Por hablar de volver sin lugar de vuelta.
Por enseñarme a beber como ni tú
ni yo sabíamos.
Gracias
por la leche.
por la leche.
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