sábado, 18 de mayo de 2013

Apuntes sobre Marta Sanz: la destrucción o la mentira.

(Ilustración de María M. Bautista)
And if I tried
to give you something else,
something outside of myself
you would not know
that the worst of anyone
can be, finally,
an accident of hope.
(Anne Sexton)
(Y si tratara / de darte algo más, / algo fuera de mí misma / no sabrías / que lo peor de cualquier persona / puede ser, al final, / un accidente de esperanza.)
Trad. Emily Roberts
Enfoque:

Y cuántos kilómetros quedan para haber vuelto. Con cara de muerta. Tendré que colocar rachas de melena entre los ojos y mi madre.
(El frío, Marta Sanz)

Como todo, el amor nació del frío. Del frío que nos protege. Pero Toda historia de amor es una historia de asesinato. Y el amor es como una de esas mantas que pican y dan mucho calor. Las historias de amor de Marta Sanz son historias de asesinato. De la muerte de una persona: el mismo amante, la idea del amado, la muerte de ese frío de donde nació el amor. Porque Las víctimas son el peor de los verdugos, y la literatura quizás es una forma de justicia (si no de venganza). Encuentro estas dos razones al analizar tanto la primera como la última novela de Marta Sanz, narradora española nacida en 1967, y no puedo dejar de recomendarla. La primera, El frío, quizás más como venganza, la segunda, Daniela Astor, quizás como justicia. O viceversa, quién sabe. Ambas como motivo último y primario del amor. Y también del miedo. Lo que se desea y no se consigue es, tarde o temprano, pasto de la destrucción, predicen ambas narradoras. Encuentro en El frío un Amante español y moderno, sin el calor tropical de Indochina. Así: punzante y escabroso. Así: seco como el paisaje castellano. Es un movimiento de trenes, autobuses, olas y caderas que no llegan a ninguna parte, ¿cómo es posible querer estar siempre en otro sitio? Quizá también consiste en eso el amor, nos indica Marta Sanz, incluida la mentira. Recuerdo el Libro de Monelle y su "todo amor que dura se convierte en odio". Daniela Astor nos habla de otra clase de secreto, y su destape, porque hay cosas que a veces no estamos preparados para comprender. Las narradoras, separadas por su edad, alcanzan una intuición opuesta pero siniestramente similar de lo que el amor significa respecto a la vida de uno mismo. Las narradoras condenan al tiempo que perdonan. Ocultan al tiempo que descubren. Acarician mientras producen escalofríos. Arañan y se quedan.

No sé si hay redención. Si la literatura redime en último lugar. O si se trata de un viaje sin destino. Continuamente llegando y todavía tan lejos.

El amor es un ancla que escuece y se clava. El amor pesa. El amor se pega al rostro.

Fundido en negro.

*Las citas en cursiva pertenecen a El frío (Debate, 1995; Caballo de Troya, 2012) y a Daniela Astor y la caja negra (Anagrama, 2013), ambas por Marta Sanz.

2 comentarios:

  1. Querida Emily:
    Me ha encantado cómo contrapunteas mi primera y mi última novela. No me había dado cuenta de esos nudos que las unen y que tú tan bien explicas. Muchas gracias
    m

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  2. Querida Marta:
    Muchas gracias a ti por tomarte el tiempo de leerlo y comentarlo.

    Abrazos,
    Emily.

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