viernes, 13 de agosto de 2010

perseidas en la noche.



(Van Gogh, Starry Night)



M'illumino
d'immenso


(c) Giuseppe Ungaretti.

Ver estrellas fugaces de madrugada con mamá. Lluvia de estrellas. Lluvia de deseos. Una de las pocas cosas que aún no puede controlar el ser humano. Nosotros, trozos de estrella, trozos de nada, puñados de polvo, aquí, tan pequeños, tan abajo. También formamos parte de ese universo, de ese infinito. El cielo violeta. El cielo violeta se cae. El cielo se cae. Yo caigo. Caemos. Dejamos una estela dorada que nunca vuelve, que se disuelve en la noche fría de la madrugada.

Junta los dedos, pide un deseo. ¿Puedo pedir un deseo? ¿Cuándo mucho es suficiente? ¿Cuánto tanto es demasiado? ¿Tenemos derecho a uno más? Sólo busco... la inmensidad. El momento. Deseo. Instante. Poema. Escrito en las estrellas.

Canciones infinitas.

2 comentarios:

  1. Los humanos siempre queremos más. Somos inconformista por naturaleza, y es la inconformidad la dueña de la infelicidad.

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  2. Corremos en busca de la plenitud que no existe.

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