Poesía en cápsulas. Esa debería ser la mejor receta médica contra todos los males. Contra la desinspiración, la tristeza, el desamor, la depresión. Cinco miligramos cada día, antes de desayunar.
Pero, cuidado. Las sobredosis pueden ser peligrosas.
No podía creerlo. ¿Es tan difícil
para el espíritu concebir un rostro, una boca?
Las cartas proceden de estas negras teclas, y estas negras
teclas proceden
de mis dedos alfabéticos, ordenando partes.
Partes, fragmentos, engranajes, brillantes mecanismos.
Me muero al sentarme. Pierdo una dimensión.
Rugen trenes en mis oídos, ¡salidas! ¡salidas!
El plateado camino del tiempo se vacía en la distancia.
El sol blanco se vacía de su promesa al igual que una copa.
Estos son mis pies, estos ecos mecánicos.
Tap, tap, tap estacas de acero. Me descubro fácilmente.
Esta es una enfermedad que me llevo a casa, es una muerte.
De nuevo, esto es una muerte. ¿Es el aire,
las partículas de destrucción que aspiro? ¿Soy un pulso
que disminuye y disminuye, enfrentándose al frío ángel?
¿Es este mi amante, entonces? ¿Esta muerte, esta muerte?.
(c) Sylvia Plath, Tres mujeres.
Sobredosis de Sylvia Plath. Hemos sido Sylvia Plath. Queremos ser Sylvia Plath.
Me encanta lo de la poesía encapsulada. ¡Es monísimo! XD.
ResponderEliminarPero yo haré medicamentos para curar los daños físicso XD.
P.D: Borro el comentario para corregirlo y va el blog y me lo deja ahí ¬¬.
Es un blog chivato ;P.
ResponderEliminar¡Lo sé, no pude resistirme!
Bueno, cada una a nuestra manera, intentaremos curar a la gente;)