domingo, 13 de junio de 2010

llevo puesto.

Llevo las calles de Madrid en la suela de mis zapatos. Llevo tus sonidos tatuados en mi piel. Llevo puesta la felicidad, como un vestido, en mi corazón. Es mía, y depende de mí, no de los demás. Ya no. Aprender a ser feliz es difícil, pero posible.

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