A veces el perro lazarillo se queda ciego con tanta luz. Entonces el ciego tiene que guiarlo. ¿Cómo, si no puede ver? ¿Cómo, si el perro no escucha? A menudo parece que el lazarillo conoce el camino. Se trata sólo de la confianza. De la falta de condiciones. El ciego sólo acaricia. El ciego desconoce el color de su pelaje, pero no duda de él. Porque el ciego no puede ver la luz, pero sí puede tocarla. El tacto es el idioma de los colores. Él es el único que sabe adónde va. No adónde llega.
Emily, qué cosa más bonita.
ResponderEliminarBesos.
Nada de lengua. Nada. nada. Solo piel.
ResponderEliminarEs precioso; es puro sentimiento, pero no fuerzas ese aspecto,la emoción nace de modo natural.
ResponderEliminarNo sé qué más decir, me ha encantado, de verdad. gracias.
"El tacto es el idioma de los colores"
ResponderEliminartatuaje
:*
¿Y no lleva un peto que ponga "no me toquen que estoy trabajando", como el del que acabo de hablar?
ResponderEliminarEl lenguaje universal del roce de los cuerpos.
ResponderEliminar(un cariño,
bella)
hermoso texto...
ResponderEliminargracias :)
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