(Fotografía de Sara R. Gallardo)
Quisieron derribar mi casa. Entonces, yo abrí la puerta y les mostré lo que tenía: un puñado de souvenirs de viajes colocados en una estantería, algo de polvo, mucha luz y un bote de lluvia. Hace tiempo que no colecciono nada. Los sucesos me coleccionan a mí. Muchos marcharon entonces dejando la puerta abierta. No pregunté si volverían.
Puede que lo hagan, cuando cambie el tiempo.
ResponderEliminar=(
ResponderEliminar..un bote de lluvia es el mejor objeto (creo) para coleccionar...la lluvía sí volverá...
ResponderEliminarYo volvería, pero no a derribar tu casa, entiéndeme.
ResponderEliminarQué maravilloso es ser joven y que los recuerdos no lo sean tal, sino sucesos; semillas de unos recuerdos pendientes de fabricar que, más tarde, te acompañaran toda una vida.
ResponderEliminarPor eso presientes que dejan la puerta abierta y, también, que volverán.
Soy de la opinión de Clarice Lispector, la recompensa de los valientes: poder perderse, yo lo haría a solas, tu Emily ya tienes buenos ingredientes para ello; para mí, el esencial, lluvia entre cristales.
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