sábado, 30 de julio de 2011

perder las armas.


(Claudia Susana)



Quisiera que alguien dijera de mí:
Ese joven amó con locura
y un día no volvimos a verlo.

(Pablo Fidalgo Lareo)


A veces, sólo a veces, necesito saber que puedo perderme en la habitación azul, porque las mujeres no tenemos casa, sólo agua. A veces, sólo a veces, podría dejar que me abrazaras hasta que los caballos blancos se marchasen. O quizás soy yo la que se marcha. Quizás soy yo la que se marcha, y dicen que el tiempo vuela, y por qué cada vez me siento yo más pequeña si no dejamos nunca de aprender. Nuestra juventud tiene aliento de muerte y el abrazo, el abrazo más que nunca está vedado.

(Pero el abrazo / es bello y el abrazo / es tiro con arco / y la herida es vieja y más que nunca, / más que nunca será siempre demasiado tarde para / medir el alcance de nuestras manos.)

Cuéntame un cuento: Quisiera que alguien coleccionara nuestros pasados.


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7 comentarios:

  1. Uf, Emily, especialmente la última frase... me removió algo dentro. Me has metido en el cuarto azul. Un abrazo.

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  2. me encanta! caballos blancos! genial!! :D

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  3. Hey, hermoso poema, me gustó especialmente esa parte que reza: más que nunca será demasiado tarde para medir el alcance de nuestras manos. Helados lagos de saudade.(Well, I ain't joking woman, I got to ramble, really got to ramble)

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  4. Cada vez te sientes más pequeña aunque no dejes nunca de aprender... eso es señal inequívoca de que vas por buena senda ;)

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  5. Yo he pintado mi habitación azul. Ahora es naranja.
    Besitos.

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  6. ¿Qué te está pasando?
    Tu escritura muta.
    Sigue siendo sin estanques.

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  7. No sé qué me está pasando, Elena. No lo sé.

    Gracias.

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