la belleza es un mundo traicionado.
(Milan Kundera, La insoportable levedad del ser)
La traición. Traicionar las normas. Traicionar el mundo. Traicionarse a uno mismo. La juventud como enfermedad. Y después, otra. La lluvia emborrona los días. Los labios cortados. El viento rompe el pecho. Mis labios rompen el viento. Silencio.
Genealogía intertextual del cacao en los labios. Cool.
ResponderEliminar¿A quién no le gusta ese cutrelugar repleto de estudiantes, de tablones de anuncios, de repartidores de folletos y periódicos? Me encanta ciudad universitaria, creo que uno le coge cariño después de pasar por ahí (casi) todos los días. Es EL lugar común.
ResponderEliminarTodo un ecosistema.
ResponderEliminarromper, romper...
ResponderEliminar¿hay algo más?
los nuevos pedazos, el nuevo desgarro.
ResponderEliminarYo me hago viejo, ¿gano en salud, pues?
ResponderEliminarlos gritos del silencio, juventud eterna
ResponderEliminarno creo. después de esa enfermedad viene otra. y luego otra, y otra, y otra. o quizás es la misma, que nunca se termina de asimilar.
ResponderEliminarEs deber de los labios romper el viento. Traicionarlo. Es deber del silencio traicionar los labios.
ResponderEliminarLo es :)
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