Aquí persigo las horas blancas. La juventud. La higiene en los pulmones.
No sabíamos cuál era el plan, ni si podríamos volver. Quise llegar al fin del mundo y me encontré unas manos cerradas. Miré mis palmas:
Las paredes mojadas, las esquinas del mar, la claridad del barro, la herida seca.
No sé cómo traducir.
Las esquinas del mar, muy bonito.
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