miércoles, 5 de septiembre de 2012

la habitación con vistas.


No duelen las encías 
si se ama, leyó.
(Olvido García Valdés)

Recuerdo que en una ocasión le hablé a Charlotte de un pueblo del Orinoco en el que el primer compañero sexual de una niña practicaba un corte ritual en la parte interna del muslo de la chica. El objetivo era marcar a la hembra con el tótem del macho. Charlotte no veía nada de extraordinario en este ritual.
–Más o menos eso es lo que sucede en todos los sitios, ¿no? –dijo.– Alguien te corta donde no pueda verse.
(Joan Didion)

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