jueves, 29 de septiembre de 2011

"où apparait l'art, la vie disparaît." (picabia)





Decir es construir. Llenar el hueco con más vacío. Decir es, también, tener celos. Los celos son algo horrible. Horrible y hermoso. Ni siquiera podemos compartir. Conocer otra ciudad significa inventar sus pájaros. Sus utopías. Inventar las alas y, por celos (consecuentemente), tender la trampa.

11 comentarios:

  1. Buf! Qué texto tan exquisito, es maravilloso. Tienes mucha imaginación, tu forma de expresarte no tiene límites, adoro tus palabras. Un abrazo fuerte. Pd: Demasié bueno, volveré para re-leerlo muy pronto, me conozco. Besos!

    ResponderEliminar
  2. Decir es también dejar nacer.

    Tus fotos me dan tanta ilusión.

    ResponderEliminar
  3. ¡Cuánta verdad tienen esos pájaros inventados! Saludos cordiales

    ResponderEliminar
  4. Hoy me he perdido :(

    Besazos enormes

    ResponderEliminar
  5. No desaparece la vida, el arte solo da paso a otro tipo de vida, la que yo no sé vivir y, sin embargo, veo claramente reflejada en tu prosa.

    Es hermoso: inventar utopías, pájaros y alas; inspiración ilimitada para compensar la desubicación.

    Creo que también inventas una nueva acepción para el concepto –celos-: melancolía. :)

    ResponderEliminar
  6. Decir es lo que dices y más, también otra manera de callar.

    Besos :)

    ResponderEliminar
  7. En efecto, los celos son la nueva melancolía. El nuevo invierno. Los pájaros sucios.

    ResponderEliminar
  8. Siempre tiene todo un poco de azul y un poco de rosa. Nunca me han gustado los grises.
    Muá

    ResponderEliminar