viernes, 26 de agosto de 2011

periferia de las almas.



(...) la ignorancia como misterio, el misterio como fe; la fe como comida; la comida como sexo; el sexo como amor; el amor como odio; el odio como trascendencia. ¿Qué era aquello, religión o matemáticas?
(Lorrie Moore, Pájaros de América)

Pides irte sin dejar rastro o sin olvidar. Pides que las dos sean posibles. Choque frontal. Acaricias la piel; en el borde, la periferia. Los cuerpos trivializan, pero a veces es lo único que queda, o lo único que nos hace falta. El suelo tiembla. Cuando el alma tiembla, el suelo tiembla. Acaricias con las uñas. En las periferias sólo se intuye, no se sabe. Sólo intuyes: el saber es tiránico. El alma se va en las periferias. Abandona los cuerpos y provoca accidentes de autobuses. Los autobuses son crueles, pero los trenes aún más, los trenes te mecen y después te matan. Cuando se van las almas, el cuerpo pesa menos. Como el azul, como el invierno.

Si no pisas fuerte, el suelo se cae.


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11 comentarios:

  1. Los trenes te mecen y después te matan. Tal y como levantarse por las mañanas.

    Abrz.

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  2. Acaricias la piel; en el borde, la periferia.

    En las periferias solo se intuye, no se sabe.

    Me gustan las periferias.

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  3. Este texto me sabe al dolor provocado por quien no sitúa su centro gravitatorio en el centro de nuestras emociones (o de las propias suyas) y se margina conscientemente a una cómoda posición en la que se convierte en observador de la vida.

    Esa persona (situación vital, deseo…) nunca ofrece nada, solo espera recibir, no pisan nuestro suelo, por eso nosotros hemos de golpearlo con más ahínco y la consecuencia natural es caernos.

    En las afueras el azul y el invierno pesan menos, eso puede ser cierto, pero no lo es menos que son eternos.

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  4. Pensé que sería al revés, que el suelo se caería si pisabas con garbo...pero me has hecho replanteármelo.

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  5. Las periferias siempre me dan miedo

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  6. lo oscuro, lo desconocido. nosotros.

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  7. Más vale intuir que saber.
    Quizás hace ya tiempo hemos gastado el centro de las cosas.
    Descentrarse, asumir todos los temblores.

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