Tres cosas le encantaban a él:
los pavos reales blancos,
las oraciones vespertinas,
y los mapas desteñidos de América.
(Anna Ajmátova)*
Le gustaban las cosas
contingentes:
aquellas que
bien podían
ser
o desaparecer.
El frío al salir a la calle,
la espuma del café,
las ciudades,
los pintalabios,
los amantes,
el invierno,
los besos.
No le gustaba dormir
ni beber leche,
llevar abrigo,
ni los insectos, los terremotos o las
inundaciones.
Le gustaba aquello que,
cuando se va,
nadie pregunta
cómo,
adónde,
ni por qué.
(Emily Roberts)
* traducción del ruso de Natalia Litvinova.
la espuma del café, las escamas, la lluvia por el sumidero. esperemos que no la poesía.
ResponderEliminarun beso.
qué bueno!
ResponderEliminaraún no estoy segura de si la poesía es contingente o no. porque me gusta, pero la encuentro necesaria.
ResponderEliminargracias (:
Interesante, aunque se me hace difícil creer que exista alguien que no disfrute del dulce placer del sueño.
ResponderEliminarSaludos :)
hahaha, ¡sí! ;)
ResponderEliminarsaludos y gracias!
Buen ritmo. Me agrada tu estilo.
ResponderEliminarSiempre es tan difícil dejar atrás los detalles.
¡Gracias, Amanda!
ResponderEliminarPD: Te debo un e-mail ;).
Inventario 'a la Prévert' en el cada lector puede cambiar alguna cosa. Me recuerda a un personaje de la película "Mistery train" de Jarmusch que fotografiaba en sus viajes todo aquello que estaba seguro de olvidar: los baños de los hoteles por ejemmplo.
ResponderEliminarSaludos
Veré la película. Gracias,
ResponderEliminarsaludos! :)
Me ha encantado!!
ResponderEliminarUn beso :)
gracias, jara!
ResponderEliminarbeso!
Siempre es bueno dialogar con Anna,
ResponderEliminarfuerte abrazo.
NL
lo es :)
ResponderEliminarun beso!
Seguro que su color favorito es el rojo. El rojo sangre.
ResponderEliminarBesos, guapísima.
P.D.: De por aquí, eres de las que más echaba de menos ;)
el rojo pintalabios :)
ResponderEliminaryo también te he echado de menos, bella!
besos!
Te leo desde hace tiempo. Pero a veces ante lo que nos asombra o nos gusta en demasía uno siente su pequeñez y se calla.
ResponderEliminarPero este poema es demasiado bonito como para callarse.
Eso, que es muy bonito (y un montón más de adjetivos que podría decir).
Un saludo.
la muerte serena en la esquina de cualquier ciudad...Abrazos de calor sobre asfaltos humedos y fríos
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Rocío, por tu precioso mensaje. De verdad, se agradece mucho :).
ResponderEliminarAbrazos, Kimbertrancanut. Abrazos y muerte cálida y lenta.
es cierto,
ResponderEliminarpreguntamos demasiado...
me encanta tu sutileza...
(beso, E)
Qué sorpresa. Tengo que decirte que esto es de lo mejor que he leído por tu blog.
ResponderEliminarPrimero, ha sido un gran acierto que describas la palabra 'contingencia' al principio del poema y de una manera tan sencilla, porque de ese modo el título ya no resulta enrevesado. Introduces el término y así explicas que vas a hablar de ello. Genial.
Después, lo que más me ha convencido en este poema tuyo es que manejas una idea. Por tonta que pueda parecer mi afirmación, pocas veces se articula un poema en torno a una idea y no en torno una descripción. Y con las descripciones uno tiende más a ser superfluo y adjetivo. Aquí eres sencilla y directa y no te vas por las ramas. Tu mensaje es claro y el ritmo al final es impecable. No sé. Leo tu blog con frecuencia y en ocasiones tengo la impresión de que das muchas vueltas a metáforas y a sensaciones. Eso tampoco es que esté mal, pero esto me ha gustado mucho más. Sólo es una opinión personal, por supuesto. Pero quería saludar y decir que el poema me ha sorprendido gratamente.
Me seguiré pasando ;)
Un saludo.
Muchísimas gracias, pez :). Un beso! :*
ResponderEliminarEllette, muchas gracias :). Agradezco tu comentario y tu crítica, siempre sirven para seguir mejorando y aprendiendo. Me alegra mucho que te haya gustado. Vuelve cuando desees! Un beso