viernes, 30 de julio de 2010

nomadismo.

Vuelvo a hacer las maletas. Esta vez, con destino al Sur, al mar. Llevo un año sin ver el mar. Me falta. Me falta también la compañía que allí tendré. Tumbarnos al sol, y beber cócteles, y hablar de la vida. La última vez que me bañé el agua salada fue hace un año, en el viaje por la Costa Azul con mamá, cuando el futuro aún era desconocido y se tejió a base de casualidades.

No me importaría pasar el resto de mi vida haciendo y deshaciendo maletas, viajando de un lado a otro sin residencia fija a largo plazo. Con un cuaderno y un bolígrafo como equipaje, me bastaría. Las historias serían mi alimento, y los poemas, mi abrigo. No me importaría sabiendo que en algún lugar, en alguna parte, siempre puedo llamar a un corazón (toc, toc) si me he perdido.

Me voy por tres días a dejarme acariciar por las espuma. A dorar mi piel al viento del sol. A empaparme de sal y azul.

3 comentarios:

  1. Espero que te diviertas mucho ^^.

    A mí en cambio no me gustaría vivir entre maletas. Me gusta usarlas de vez en cuando, pero también adoro tener un hogar en el que poder permanecer todo el tiempo que quiera ^^.

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  2. Bon voyage,petit oiseau.
    Yo también hago las maletas, pero me voy al norte. Voy a hacer un viaje en un barco por el Rhin. Voy en busca de poesía.

    ;)

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  3. ¡Gracias! Supongo que "home is where the heart is" :).

    Merci, ma puce. ¡Qué viaje tan precioso! Yo estuve en el norte hace un mes, en Amsterdam y me encantó. Disfruta muchísimo y ojalá que encuentres mucha poesía y sirenas. =)

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