sábado, 11 de julio de 2015

Ser o no ser (madre) según la poesía de María Ramos.

detrás de cada belleza

existe
una zona muerta
(María Ramos)

El miedo a ser madre. A no serlo. El miedo que nos inculcan desde pequeñas, como si nuestra condición pudiera convertirse en una desgracia inmediata. Como si ya lo fuera de manera inherente, y tuviera que estar controlada por los demás. Aprendemos entonces -en apariencia- a comportarnos. A regirnos por lo que dicen que tienes que ser, y a no poder contar con su apoyo cuando no lo eres. Ser madre y ser un monstruo de dos cabezas y cuatro brazos. Ser madre y ser niña. Ser madre y ser hija a la vez. De esto trata Siamesa, de María Ramos (El Gaviero, 2015). Un grito necesario que no tiene miedo de decir lo que piensa. De defenderse a ella y a su cachorro. De constatar hasta los límites de qué trata la maternidad, y también la no-maternidad, sin retratos azucarados ni eufemismos. El mundo que me ofrecen / es demasiado pequeño. El miedo de no saber ser. La tristeza también es fértil. Y esta fertilidad es la misma que predica la sociedad. La misma que el patriarcado defiende, pero de la que se desprende cuando no se siguen sus normas. María Ramos decide entonces deshacerse del miedo, de la culpa, de lo que habla es de desnacer, de hacerse dueña de sí misma. Y aceptar el amor, pero también la pérdida, pero también la belleza. Porque ya nunca podrás distinguir

dónde empieza el monstruo
dónde la caricia.

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