jueves, 28 de febrero de 2013

A veces recuerdo una noche en la ciudad.


La noche es metálica. La oigo resonar.

Dime que no vamos a pasar frío. Dime que no vamos a pasar miedo. Di que vayamos donde vayamos seguirá existiendo al mismo idioma: los rezos: las manos.

Pero es preciso tener frío. Pero es preciso tener miedo. Para la fluidez en el lenguaje. Para la lengua de la carretera.

2 comentarios:

  1. Yo también recuerdo muchas noches, Emily; en mi caso transcurren en ciudades distintas, aunque rediseño el paisaje urbano y vuelvo a una ciudad especial en una noche especial que reviviría una y mil veces.
    Siempre he pensado que el miedo es la ausencia de amor, pero al leerte podría ser sobresaturación de belleza y el estertor de un amor que, sin saberlo, aun no puede morir.
    “La noche es metálica. La oigo resonar”, es la frase más hermosa que te he leído.

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  2. es preciso tener frío, para protegerse en un refugio, para el abrigo. hermoso texto.

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