Porque la noche en que me preguntaste,
la pequeña cicatriz en cuarto de luna
se había curado: la luna volvía a estar llena;
porque la vida parecía tan corta;
se había curado: la luna volvía a estar llena;
porque la vida parecía tan corta;
porque la vida se extendía ante mí
como los pasillos oscuros de una pesadilla;
porque sabía exactamente lo que quería;
porque no sabía exactamente nada;
porque me quité la infancia con la ropa
(y aún quedaban años por llevarla);
porque tus ojos eran más oscuros que los de mi padre;
porque mi padre dijo que podía hacerlo mejor;
porque quería tanto decir no;
porque Stanley Kowalski gritó “¡Estela!”;
porque eras una puerta que podía cerrar;
porque los finales se escriben antes que los principios;
porque sabía que después de veinte años
meterías las plantas en casa durante el invierno
y harías una selva en la que dormiríamos desnudos;
porque era libre para elegir;
porque estaba predestinado;
dije sí.
––Linda Pastan.
(Traducción del inglés de Emily Roberts.)
Delicioso.
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