Septiembre es regreso y es partida. Es ir y venir. Y no volver. Y no querer. Y no quiero. No quiero piedras.
Estoy terminando "Las teorías salvajes" y... Está bien. Me está gustando. Es... Diferente. Original. Atrevido. Enrevesado a veces en el lenguaje. Pero me gusta. No sé si te gustará, pero creo que merece la pena leerlo.
Qué casualidad, precisamente acabo de escribir sobre lo infame que me parece septiembre. Después de esa espiral de emociones que es el verano, septiembre es el muro contra el que tarde o temprano siempre acabas golpeándote. A veces yo también me he sentido ajena en mi propia casa o extranjera en mi propio país. La clave está en pertenecerse a uno mismo. Difícil, la filosofía oriental... pero hay que intentarlo :)
Septiembre es un vértice y una caída. Una espera que ya no espera. Un síperono. Unas esperanzas hinchadas a lo largo del verano que se deshinchan. Y va a ser el calor.
Yo quiero octubre. Quiero hojas y café caliente y medias de lana y canciones de jazz. Quiero irme y volver a otro lugar. Al un lugar al que tampoco pertenezco pero donde me siento menos sola que entre las piedras. Pertenecerse a uno mismo, al final va a ser la única opción. Difícil, pero no imposible.
No sé ni cómo he llegado aquí (o quizá si), aunque la cuestión no es esa, sino que he llegado y me he quedado, y que llevo ya un buen rato leyendo. Tenía que comentar, pero ¿dónde? En el post que se abre con Las teorías salvajes.
Ávila también tiene cosas bonitas =P.
ResponderEliminarDe un modo u otro, septiembre es siempre sinónimo de regreso. No hagas caso a las piedras y visítalas cuantas veces quieras.
ResponderEliminarPD1: "Las teorías salvajes" es un libro que tengo unas ganas tremendas de leerme. ¿Recomendable?
PD2: Muchas gracias por tus comentarios en mi blog. Nos leemos.
Qué me gusta la foto de las pinturas.
ResponderEliminarY la quote de esta entrada.
Septiembre es regreso y es partida. Es ir y venir. Y no volver. Y no querer. Y no quiero. No quiero piedras.
ResponderEliminarEstoy terminando "Las teorías salvajes" y... Está bien. Me está gustando. Es... Diferente. Original. Atrevido. Enrevesado a veces en el lenguaje. Pero me gusta. No sé si te gustará, pero creo que merece la pena leerlo.
Y de nada.
Muchas y gracias. También todo muy hermoso por acá. Un saludo.
ResponderEliminarDe nada :). Gracias a ti~.
ResponderEliminarQué casualidad, precisamente acabo de escribir sobre lo infame que me parece septiembre. Después de esa espiral de emociones que es el verano, septiembre es el muro contra el que tarde o temprano siempre acabas golpeándote.
ResponderEliminarA veces yo también me he sentido ajena en mi propia casa o extranjera en mi propio país. La clave está en pertenecerse a uno mismo. Difícil, la filosofía oriental... pero hay que intentarlo :)
Septiembre es un vértice y una caída. Una espera que ya no espera. Un síperono. Unas esperanzas hinchadas a lo largo del verano que se deshinchan. Y va a ser el calor.
ResponderEliminarYo quiero octubre. Quiero hojas y café caliente y medias de lana y canciones de jazz. Quiero irme y volver a otro lugar. Al un lugar al que tampoco pertenezco pero donde me siento menos sola que entre las piedras. Pertenecerse a uno mismo, al final va a ser la única opción. Difícil, pero no imposible.
Quizás son las piedras que se fueron de casa, algún septiembre,
ResponderEliminaro flores que invernan transformadas.
piedras que se van de casa.
ResponderEliminarseptiembre.
me gusta.
beso,
No sé ni cómo he llegado aquí (o quizá si), aunque la cuestión no es esa, sino que he llegado y me he quedado, y que llevo ya un buen rato leyendo.
ResponderEliminarTenía que comentar, pero ¿dónde?
En el post que se abre con Las teorías salvajes.
Saludos desde Girona
Muchas gracias, me alegra.
ResponderEliminarEres bienvenido cuando quieras :).
Saludos.