martes, 20 de julio de 2010

somos ulises a la deriva.

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Poseidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.


(c) Constantino Cavafis, Viaje a Ítaca.

La vida está llena de aventuras, de cosas por descubrir. Y yo, yo quiero aprovecharla al máximo, exprimir todo su jugo. Quiero viajar, tener experiencias, conocer distintos lugares, culturas y personas. Quiero sentir que no pertenezco a ningún lugar, y que tengo mi corazón en muchos sitios al mismo tiempo. Quiero aprender tantas cosas. Sentir tantas emociones.

Quiero Ítacas, y sirenas, y Circes y Calypsos. Y Troyas que ardan en mi pecho.

Y para eso, es necesario no tener miedo. Porque el miedo no es cautela; el miedo te impide hacer lo que de verdad quieres sin un motivo lógico. El miedo a caer, claro está. A exponerse y equivocarse y tener que levantarse sola, en ocasiones bajo miradas crueles. Buscar a Ítaca es también buscarse a uno mismo, y eso siempre da miedo. Buscar a Ítaca es encontrar guerras y tragedias, cimas y victorias. Cómo no va a dar miedo abrirse a lo desconocido, lanzarse al vacío llevando sólo puesto el corazón.

Procuro perder un poco de ese miedo cada día que me levanto. Trato de que mis ganas de vivir lo dejen fuera. Porque hay mucho por hacer, y la vida es preciosa, y el miedo, al final, no sirve para nada más que para convertirse en otro obstáculo, como si no hubiera suficientes. Nos paraliza, cierra las puertas a la felicidad y a la experiencia. El miedo al cambio. A cambiar. Pero qué. Si la vida es cambio. Si la vida es todo lo inesperado. Si desde antes de que nazcamos, no hay nada predecible. Y si no nos cambian mientras vivimos, de qué habrá servido. Para qué. Para qué estamos aquí si no.

Ítacas en mis ojos que esperan a ser descubiertas.

16 comentarios:

  1. Bonito texto.
    Aunque opino que no hay que vivir con miedo, sí que es importante que esté siempre presente y no nos olvidemos de él. Es sólo que debemos saber elegir a qué tener miedo y a qué no.

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  2. Gracias :).

    Miedo y prudencia se confunden muchas veces. El miedo es irracional e inevitable, pero hay que tratar de superarlo.

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  3. Sigo sin estar de acuerdo. Es cierto que miedo y prudencia son distintos. Pero hay miedos del todo racionales. Cierto es que otros son irracionales, pero a veces también inevitables.

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  4. A veces el miedo es lo que le da toda la razon a lo que hacemos... El simple hecho de tenerle miedo a algo es lo que hace que nos sentamos vivos haciendolo...
    El miedo es algo necesario, pero hay que plantarle cara y disfrutarlo, como disfrutamos otras sensaciones y otros sentimientos.

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  5. Una de las mejores sensaciones del mundo es la de enfrentarte a ese miedo y ser capaz de superarlo. Los miedos son inevitables por nuestro instinto de supervivencia, pero la mayoría son infundados y se les puede plantar cara.

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  6. El miedo a la oscuridad es irracional e infundado. El miedo a un incendio o un asesino es racional y se le debe obedecer. Es necesaria una descarga de adrenalina para huir de él.

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  7. En ese caso sí, porque es un peligro real y próximo al que hay que sobrevivir y contra lo que no se puede luchar. Pero más que miedo ya es instinto de conservación. El miedo tiende a aparecer antes que el peligro real, es a lo que me refiero.

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  8. Pero realmente el miedo es un primer instituto que nos hace tomar decisiones. A modo de ejemplo: una persona por prudencia decide no ir por un callejón sin salida. ¿Por qué tiene prudencia esa persona? ¿por qué no va por el callejón? Por miedo a que un asesino/ladrón/violador quien quieras, le haga algo.
    En muchos casos el miedo lleva a la prudencia.
    A lo que quería llegar es que aunque no se puede vivir con miedo no se puede tampoco vivir sin miedo. Los extremos nunca son buenos.

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  9. Cuando te enfrentas a un miedo infundado, la sensacion de enfrentarte a el esta bien... Pero cuando es un miedo con sentido, la sensacion mejora mucho...
    Perdi la cuenta de las veces que me he quemado, cortado, o caido... Una de las cosas que mas miedo me dan es la electricidad... Y tengo la habitacion llena de cables.

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  10. A veces hay cosas con las que hay que vivir, a nuestro pesar.
    Somos el mundo de la "electricidad", aunque tengas la mala suerte de temerla. Me refiero a que es inevitable que te topes con ella, por éso es bueno enfrentarse a este miedo.
    Hay otros miedos que es bueno evitarlos, como, a mi parecer, el caso que puse de ejemplo.

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  11. Ah, no le tengo miedo a la "electricidad" como tal... Mi miedo es comprensible... como tengo la habitacion llena de aparatos electricos y siempre estoy metiendo el destornillador/cuchillo/bayoneta donde no debo, me da miedo tocar algo peligroso y hacerme daño...
    Pero me encanta tener todos estos cables y pantallas y... cosas que no se muy bien para que quiero.

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  12. Es un miedo racional. Yo prefiero dejar los enchufes y cables al electricista y mantenerme al margen.
    Bueno, son tus cables y pantallas.

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  13. Son maneras diferentes de enfrentarse a los miedos... Yo deje de evitarlos hace tiempo, porque al final siempre acaban encontrandote...
    Como cuando tuve que escalar por Worm's Head en Gower... Con mi vertigo. Todavia me acuerdo de las rocas puntiagudas en la superficie del agua, debajo del acantilado...
    Y lo volveria a repetir.

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  14. Hay algo en lo que has dicho en lo que te doy la razón: que aquello que no buscamos es lo que acabamos encontrando.
    Cuántas veces me habré encontrado con gente a la que deseaba no ver. Por poner un ejemplo.
    Como soy vaguísima para el deporte y demás, no escalaría por vértigo, miedo, pereza... Pero ya son casos aparte XD.

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  15. No, si vertigo, miedo y pereza me sobraban... pero me encontre en esa situacion y no habia marcha atras... tuve que escalar, con la roca mojada, una cuerda que parecia hilo y miedo... mucho miedo...
    Y que le vas a hacer? si estas en una situacion en la que no puedes hacer nada mas, pues lo haces. Asi es la vida...

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  16. Hay veces que tenemos que enfrentarnos a nuestros miedos porque no queda otro remedio. De esas situaciones, siempre salimos reforzados.

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