miércoles, 31 de agosto de 2011

Holanda, parte tercera: las maletas y los libros.



Why hold onto all that? And I said,
Where can I put it down?

(Anne Carson)


Le he dado mil nombres al amor. Le he dado mil nombres al amor, y ninguno sirve, excepto yo. Una caricia es una presa herida. Nadie sabe amar, y sin embargo. ¿Dónde están los desconocidos? Nos miramos a los ojos y sólo vemos tierras llanas. Tabulas rasas. Tierras hundidas. Sumergidas. Nunca me gustó dormir bajo la mirada de los extraños, pero menos bajo la de las personas que amaba. Elegir los libros que te llevas a un viaje tan largo es como estrangular a un millón de ruiseñores para salvar sólo unos pocos. Todo no cabe en la maleta, y hay que saber estar dispuesta y perder. Última noche en la tundra. Última noche con olor a cloro y autoayuda.


+

domingo, 28 de agosto de 2011

invierno mutuo.



Una habitación azul es una habitación,
igual que un anillo de compromiso sólo es un anillo,
un corazón mojado también es un corazón.

viernes, 26 de agosto de 2011

periferia de las almas.



(...) la ignorancia como misterio, el misterio como fe; la fe como comida; la comida como sexo; el sexo como amor; el amor como odio; el odio como trascendencia. ¿Qué era aquello, religión o matemáticas?
(Lorrie Moore, Pájaros de América)

Pides irte sin dejar rastro o sin olvidar. Pides que las dos sean posibles. Choque frontal. Acaricias la piel; en el borde, la periferia. Los cuerpos trivializan, pero a veces es lo único que queda, o lo único que nos hace falta. El suelo tiembla. Cuando el alma tiembla, el suelo tiembla. Acaricias con las uñas. En las periferias sólo se intuye, no se sabe. Sólo intuyes: el saber es tiránico. El alma se va en las periferias. Abandona los cuerpos y provoca accidentes de autobuses. Los autobuses son crueles, pero los trenes aún más, los trenes te mecen y después te matan. Cuando se van las almas, el cuerpo pesa menos. Como el azul, como el invierno.

Si no pisas fuerte, el suelo se cae.


+

domingo, 21 de agosto de 2011

Holanda, parte segunda.


(Fotograma de L'Amant, 1992)



Morir de sed,
subir a una montaña, en Holanda es imposible.
Todavía cuesta más dejar un rastro fiel,
cuando te vas de casa montado en bicicleta,
(...)

(Joseph Brodsky)


Deseo de no ser fértil. Deseo del hogar y muerte continua. El exceso de calor puede acabar matando. El exceso de agua, también. Muerte por agua. Ofelia. El exceso de agua produce una sed que nunca se sacia. El exceso de tierra produce desarraigo. El exceso de amor produce odio. El exceso de casa, libertad. Nos faltan ídolos con los que identificarnos. Ídolos a los que adorar, con los que decorar nuestros altares, ídolos que llevar en nuestras medallas de oro. Entonces, el cuerpo reverbera: sólo queda el espacio. El cielo es vacío y nada. Tormenta y nada. El bosque se quema. Y nada. Estar dispuesta es renunciar al futuro. Tener casa o tenerlo todo. Te he enseñado donde crecí, donde todo cuesta y la piel es árida. Cambiar el Media Distancia por los trenes Intercity. El bosque se quema y no hay cometas. Cómo vamos a cazar lo que ya nadie espera, cómo vamos a subir montañas, si no hay nada. Todo es llano, como la piel vaciada. Todo un año en cubierta, atravesando el río y ya no queda rastro ni agua. Para qué dormir, si no hay recuerdos.


(me recomiendan)
(mi albatros también está en portugués)

miércoles, 17 de agosto de 2011

un albatros pende de mi cuello.



Hay algún lugar donde el viaje deja de seguir siendo viaje y se convierte en matrimonio. Donde buscar es un pretexto más que un motivo. Entonces ya nada es demasiado. Alguien me dijo que mis personajes siempre están huyendo, pero ya no creo que lo hagan. Sólo rezan. ¿A qué? ¿A quién? No lo sé. Hace un año quería volverme loca. Quise escribir para ser amada, quise escribir para ser odiada, quise escribir para encontrarme, y ahora ya no busco nada de eso. No busco nada. La búsqueda es un pretexto, no un motivo. Un motivo para el temblor. Para la casa vacía. Para vivir en dirección a una muerte. Mientras tanto, la muerte sucede. Hace un año escribía y deseaba. Buscaba una historia. Quién se atreve a adentrarse en el bosque. Todos hemos venido aquí a sanar algo, por eso culpamos a los demás. Todos queremos volver con algo a casa. Nadie entiende el valor de las manos vacías. De la levedad del peso, o de lo que pesan las manos. Aquí nunca pasa nada. Nunca pasa nada y eso es lo que nos falta. Hace tanto calor que nunca pasa nada. Por eso rezan. En algún lugar. En algún lugar, el viaje todavía no es viaje, sólo una espera. Buscaba una historia y encontré paz. Encontré el temblor. Encontré, perdí las huellas, y desde entonces ya no busco. Limpiar las huellas es querer repetir los pasos. Hemos venido aquí a sangrar y a ser débiles. Seguimos el viaje porque no podemos revivir nuestro pasado. Allí donde te toco me queda una cicatriz. Allí donde alguien ya haya confesado mis crímenes, no van a rezar por mí.


+

(un poema traducido al portugués aquí y aquí.)

viernes, 12 de agosto de 2011

Holanda, parte primera.


(Dibujo de M.FP)


How much must be forgotten out of love,
How much must be forgiven, even love.

(W.H. Auden)


Los rostros de los hombres están empañados cuando se alejan a la deriva. Igual que las manos y los ojos detrás de los corazones y de los barcos (corazones-barcos). La piel: estrías. El corazón: estrías. La maleta: estrías. Y decir: todo lo que tengo lo llevo conmigo. Lo único que tengo. Lo llevo conmigo. Lo único que tengo. Decir: escribo para no tener que sugerir la vida. Para no poder mencionarla. El resto del tiempo escribo. Holanda es un país de arena y mar. Holanda es un país-mar, un país-océano, un país sumergido. Sus habitantes son arena. Me deshago.

+

domingo, 7 de agosto de 2011

jueves, 4 de agosto de 2011

estar cansada, aprender, intentar saber, quién soy.



La verdad es que nada dura para siempre, ya lo sabes. Pero a mí no me interesa la verdad. Las que narramos podemos llegar a ser tan mentirosas, y a mí me interesa lo que puede ser o podría (o no) ser, no lo que es real.


+

miércoles, 3 de agosto de 2011

despedidas, i.

Aquella vez que te llevé a casa y te dije ¿Estás bien? No era sólo querer hacer poesía, ni un intento de parecer que me interesaba por ti. También era una forma de intentar alargar el sacrificio que suponía separarnos.

lunes, 1 de agosto de 2011

mariposa en los labios o una cita, mermelada en la cesta, caperucita.


(Miguel Rual)

In the morning
Where do you go?

(Polock)



Dicen que tienes que ser fuerte. Dicen que tienes que ser fuerte, pero quién te escucha llorar al otro lado del teléfono cuando es demasiado tarde o demasiado pronto para llamar a nadie. Cuando te golpean y no quieres que nadie vea las lágrimas, cuando menos las oiga. Quién oye crujir tus huesos contra el somier. Quién, dónde y hasta cuándo. (Hasta que nos hagamos mayores.) Si todo nos aprisiona, si todo sigue: la ciudad, la vida, los párpados, el idioma. (Nuestro idioma, nuestros párpados. Nuestro inútil intento de ocultarnos.) Dice Djuna Barnes: Los pájaros caen como lluvia de vidrio. Así caen los pájaros. Así las golondrinas. Así el viento, la nieve, el invierno, cuando llegas de ninguna parte: llegará el invierno, tal vez. Yo soy fuerte, pero a veces necesitas bajarte y descansar. Recordar a quién le escribías, si es que ya no lo has olvidado.


+