viernes, 30 de julio de 2010

the pains of being pure at heart.

Terminar un poemario es como terminar una operación. Cerrar un corte profundo con sumo cuidado, después de haber vaciado, ordenado, cosido punto por punto. Palabra por palabra. El torrente sanguíneo de emociones desbordadas. La hemorragia de sentimientos. El poemario cierra esa herida profunda. Te distancia de esos sentimientos, ahora ya fuera de ti. Te hace contemplarlos desde lejos, como algo casi ajeno, después de haber dado las últimas puntadas y recortado los hilos sobrantes. Lo miras, la imagen un poco desenfocada, y los sentimientos lacerantes que impulsaron esos poemas parecen recuerdos lejanos. Ahora eres lectoraescritora. A veces, incluso, no te ves reconocida: ¿acaso esa era yo? ¿yo escribí eso?. A veces sientes orgullo de tu creación, pero otras te avergüenzas. Lo expones al mundo, a la mirada crítica de los demás, y temes que le hagan daño. Que te hagan daño a ti, a través de él. Porque él es tu vida pasada. Los sentimientos que has vaciado, que ya no tienes dentro. Pero que han dejado una marca. Una cicatriz más o menos invisible.

Terminas tu poemario y piensas, esto debe de ser lo más parecido a tener un hijo.

nomadismo.

Vuelvo a hacer las maletas. Esta vez, con destino al Sur, al mar. Llevo un año sin ver el mar. Me falta. Me falta también la compañía que allí tendré. Tumbarnos al sol, y beber cócteles, y hablar de la vida. La última vez que me bañé el agua salada fue hace un año, en el viaje por la Costa Azul con mamá, cuando el futuro aún era desconocido y se tejió a base de casualidades.

No me importaría pasar el resto de mi vida haciendo y deshaciendo maletas, viajando de un lado a otro sin residencia fija a largo plazo. Con un cuaderno y un bolígrafo como equipaje, me bastaría. Las historias serían mi alimento, y los poemas, mi abrigo. No me importaría sabiendo que en algún lugar, en alguna parte, siempre puedo llamar a un corazón (toc, toc) si me he perdido.

Me voy por tres días a dejarme acariciar por las espuma. A dorar mi piel al viento del sol. A empaparme de sal y azul.

jueves, 29 de julio de 2010

repentina formación del ala.

Y todos los poemas que he escrito
vuelven a mí nocturnos.
Me revelan
sus más turbios secretos.
Me conducen
por lentos corredores
de lenta sombra hacia qué reino oscuro
por nadie conocido
y cuando ya no puedo
volver, me dan la clave del enigma
en la pregunta misma sin respuesta
que hace nacer la luz de mis pupilas ciegas.


(Centro)

CIMA del canto.
El ruiseñor y tú
ya sois lo mismo.


(Anónimo: versión)

(c) José Ángel Valente, Fragmentos de un libro futuro.

Valente puede descansar tranquilo. Lo ha conseguido. Es uno de los grandes. El ruiseñor y él, en el aire, ya son lo mismo. Pocas veces un poemario entero me había emocionado tanto como este. La muerte, el amor, la ausencia, el yo, la poesía. Metapoesía. Porque escribir poemas es más productivo que llorar lágrimas. Porque al leerlos, podemos llorar aunque ese sentimiento se haya borrado de nosotros. Poemas como cuadernos de bitácora. Poemas como desnudos artísticos. Poemas que son la respuesta a las preguntas que no pueden ser contestadas (ni podrán). No hay horizonte. Sólo el instante, el poema. Y el resto ya vendrá y quedará en nuestra memoria, irrealizable. Más hermoso que el ruiseñor. Más vacío que mi pecho. Palabras que se comen las migajas, como hormigas en un picnic.

caer en vertical.

HA pasado algún tiempo. El tiempo pasa y no deja nada. Lleva, arrastra muchas cosas consigo. El vacío, deja el vacío. Dejarse vaciar por el tiempo como se dejan vaciar los pequeños crustáceos y moluscos por el mar. El tiempo es como el mar. Nos va gastando hasta que somos transparentes. Nos da la transparencia para que el mundo pueda verse a través de nosotros o pueda oírse como oímos el sempiterno rumor del mar en al concavidad de una caracola. El mar, el tiempo, alrededores de lo que no podemos medir y nos contiene.


(Desde el otro costado)

LLORAR por lo perdido cuando no deja huella el pie en la arena que no sea borrada por la cierta sucesión de las aguas.


(c) José Ángel Valente, Fragmentos de un libro futuro.

Valente, mi nuevo poeta favorito. Fragmentos de un libro futuro, mi poemario favorito. El libro que leo en la piscina, tumbada al sol, en un bikini mojado. El libro que me encantaría que me regalasen (porque el que estoy leyendo es el de la biblioteca) pero el que me compraré yo primero (en cuanto vaya a Madriz de nuevo). El libro que me inspira a conservar la inocencia aunque me haga mayor. A descubrirme a mí misma. A actuar con el corazón para no arrepentirme. Aprender a leer poesía, a nadar, a equivocarse. Nunca es demasiado tarde. He nadado cuarenta largos. Sumergida, bajo el agua, todo resuena de lejos. Todo rebota, todo me envuelve. Bajo el agua estoy a salvo. Mis heridas me protegen como una película transparente. Cloro limpio, pálido, desinfectante. Leer a Valente bajo el sol fecunda ideas. Aprender a querer ser transparente, en lugar de irme enturbiando con la edad. A gastarme y ser gastada. A dejarme gastar por las olas del mar. No hay hastío. No es resignación. Los ojos transparentes siempre están llenos de esperanza. Ser serena, dulce, verdadera. Ser sincera. La vida es caer en vertical. Sin asideros. Sin paracaídas. En piel viva.

miércoles, 28 de julio de 2010

fragmentación.

SUPO,
después de mucho tiempo en la espera metódica
de quien aguarda un día
el seco golpe del azar,
que sólo en su omisión o en su vacío
el último fragmento
llegaría a existir.


(Raíz de Fragmentos de un libro futuro. Fragmento XXXVII de Treinta y siete fragmentos)

Este sueño, que acabo de soñar y en cuyo tenue borde te hiciste no visible, limita con la nada.


(Ausencia)

(c) José Ángel Valente, Fragmentos de un libro futuro.

Poesía, es lo que nos queda. Poesía con olor a naftalina.

yo no lloro, yo escribo poemas.

Todo parecería ahora
llevarte a la extinción.
Abandonado
de la sola palabra que tal vez aún podría
levantarme hacia ti.
No estás.
No está
la tu sola palabra.


(c) José Ángel Valente, Fragmentos de un libro futuro.

Cinco miligramos de poesía en vena. No se puede vivir sin ilusión. Es inevitable. Supongo que siempre tiene que haber un balance entre esta y la realidad. Y, después, seguir adelante, recordando las cosas buenas, olvidando lo demás una vez que has aprendido la lección. Lamerse las heridas igual que un helado en una noche de verano.

domingo, 25 de julio de 2010

días de verano que parecen de novela.

Viajar en Cercanías sin billete. Planes frustrados, pero aún así disfrutados. VIPS. Pío. Brownies hechos con amor. Botellita al aire libre. Tíos que ligan con su yate navegando el Manzanares. Americanas borrachas. Pelirrojas que mezclan antidepresivos y alcohol. Deshacerse a las cuatro de la madrugada. Rehacerse a las cinco, en casa. Charlas hasta las ocho de la mañana. Secretos inconfesables que se muestran bajo la oscuridad. Risas susurrantes. Consejos. Apoyo incondicional. Días de piscina pasados en bikini y bajo el sol. Anchos y largos. Marco Polo. Juegos de cartas. Filólogas que lo valen todo. Regalitos. Cercanías Renfe. Ganas de volver a la universidad y de estar todas juntas. Poesía. Y lo que nos queda.

Feliz cumpleaños, M. Love you so much ♥

sábado, 24 de julio de 2010

somos antílopes asustados.

A creature to pet and spoil
like a child.
Smooth-skinned
stepping cautiously
in the lemon grass.
Round and plump
like a newly-married wife.
The neck
heavy with brass rings.
The eyes
gentle like a bird's.
The head
beautiful like carved wood.
When you suddenly scape
you spread fine dust
like a butterfly
shaking its wings.
Your neck seems long,
so very long
to the greedy hunter.


(c) Anónimo, Kob Anthelope. (Traducción del yoruba al inglés por Ulli Beier.)

Todo lo que la poesía nos da.

viernes, 23 de julio de 2010

vulgaridad sagrada.

Son estos los hombres que me preocupan:
¡están celosos de todo aquello que no sea plano! Son
dioses celosos
que harían que el mundo entero fuese plano porque
ellos lo son.
Veo al Padre conversando con el Hijo.
Tal vulgaridad no puede ser sino sagrada.
"Hagamos un paraíso", dicen.
"Aplanemos y planchemos el grosor de estas almas".


(c) Sylvia Plath, Three Women.

A mí también me preocupan, Sylvia. Siempre me ha preocupado ese empeño en disfrazar las almas con una túnica del mismo color. Ese empeño de transformarnos en un rebaño sin juicio ni actitud crítica, sin capacidad de pensamiento propio. Es por eso que escribo. Quieren aplanarnos, pero no pueden. No somos una masa de cemento gris. Somos tridimensionales, de colores brillantes, de mente hiperactiva. No pueden aplacar nuestras pasiones.

Si el paraíso es gris, no lo quiero.

jueves, 22 de julio de 2010

¿queman las luciérnagas si le tocan a uno con su luz?

Su cabello negro le caía en cascada sobre la clavícula izquierda y su modo de sacudir la cabeza para echarlo hacia atrás y el hoyuelo de su mejilla pálida pertenecían a ese tipo de revelaciones a las que acompaña el sentimiento inmediato de una verdad reconocida.


(c) Vladimir Nabokov, Ada o el ardor.

Ada y sus uñas mordidas, Ada y su pasión por los insectos y las flores, Ada y sus bucles negros, Ada y su pedantería, Ada y sus notas al margen. Ada y Van. Van y Ada. Los hijos de Aqua y Marina. El candor de la infancia. El ardor en estado puro. Un libro impresionante, complicado, retorcido. Digno de su autor.

poemas encapsulados.



Poesía en cápsulas. Esa debería ser la mejor receta médica contra todos los males. Contra la desinspiración, la tristeza, el desamor, la depresión. Cinco miligramos cada día, antes de desayunar.

Pero, cuidado. Las sobredosis pueden ser peligrosas.

No podía creerlo. ¿Es tan difícil
para el espíritu concebir un rostro, una boca?
Las cartas proceden de estas negras teclas, y estas negras
teclas proceden
de mis dedos alfabéticos, ordenando partes.

Partes, fragmentos, engranajes, brillantes mecanismos.
Me muero al sentarme. Pierdo una dimensión.
Rugen trenes en mis oídos, ¡salidas! ¡salidas!
El plateado camino del tiempo se vacía en la distancia.
El sol blanco se vacía de su promesa al igual que una copa.
Estos son mis pies, estos ecos mecánicos.
Tap, tap, tap estacas de acero. Me descubro fácilmente.

Esta es una enfermedad que me llevo a casa, es una muerte.
De nuevo, esto es una muerte. ¿Es el aire,
las partículas de destrucción que aspiro? ¿Soy un pulso
que disminuye y disminuye, enfrentándose al frío ángel?
¿Es este mi amante, entonces? ¿Esta muerte, esta muerte?.


(c) Sylvia Plath, Tres mujeres.

Sobredosis de Sylvia Plath. Hemos sido Sylvia Plath. Queremos ser Sylvia Plath.

miércoles, 21 de julio de 2010

to reveal art and conceal the artist is art's aim.

Every portrait that is painted with feeling is a portrait of the artist, not of the sitter. The sitter is merely the accident, the occasion. It is not he who is revealed by the painter; it is rather the painter who, on the coloured canvas, reveals himself.


(c) Oscar Wilde, The Picture of Dorian Gray.

El arte es algo íntimo y personal. Es como quedarse desnudo ante los demás. Aunque ellos no lo sepan. Aunque no sea ningún trabajo autobiográfico. Esa obra ha salido de nosotros mismos. Carne de nuestra carne. Y está ahí, mucho más expuesta de lo que nosotros lo estamos.

Expuesta, no sólo a juicios estéticos y formales, sino también a juicios de valor y de moral.

Sin embargo, si bien pueden llegar a conocernos de manera profunda si no se quedan sólo en la superficie y en las cosas superfluas, también es cierto que nosotros, los creadores, podemos llegar a conocer un poco mejor a esas personas que nos leen y nos dicen lo que han sentido, lo que han pensado, lo que les ha gustado y lo que no.

El arte es un cristal a través del cual podemos ver a las personas si miramos bien. El arte es el catalizador de la vida.

martes, 20 de julio de 2010

somos ulises a la deriva.

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Poseidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.


(c) Constantino Cavafis, Viaje a Ítaca.

La vida está llena de aventuras, de cosas por descubrir. Y yo, yo quiero aprovecharla al máximo, exprimir todo su jugo. Quiero viajar, tener experiencias, conocer distintos lugares, culturas y personas. Quiero sentir que no pertenezco a ningún lugar, y que tengo mi corazón en muchos sitios al mismo tiempo. Quiero aprender tantas cosas. Sentir tantas emociones.

Quiero Ítacas, y sirenas, y Circes y Calypsos. Y Troyas que ardan en mi pecho.

Y para eso, es necesario no tener miedo. Porque el miedo no es cautela; el miedo te impide hacer lo que de verdad quieres sin un motivo lógico. El miedo a caer, claro está. A exponerse y equivocarse y tener que levantarse sola, en ocasiones bajo miradas crueles. Buscar a Ítaca es también buscarse a uno mismo, y eso siempre da miedo. Buscar a Ítaca es encontrar guerras y tragedias, cimas y victorias. Cómo no va a dar miedo abrirse a lo desconocido, lanzarse al vacío llevando sólo puesto el corazón.

Procuro perder un poco de ese miedo cada día que me levanto. Trato de que mis ganas de vivir lo dejen fuera. Porque hay mucho por hacer, y la vida es preciosa, y el miedo, al final, no sirve para nada más que para convertirse en otro obstáculo, como si no hubiera suficientes. Nos paraliza, cierra las puertas a la felicidad y a la experiencia. El miedo al cambio. A cambiar. Pero qué. Si la vida es cambio. Si la vida es todo lo inesperado. Si desde antes de que nazcamos, no hay nada predecible. Y si no nos cambian mientras vivimos, de qué habrá servido. Para qué. Para qué estamos aquí si no.

Ítacas en mis ojos que esperan a ser descubiertas.

lunes, 19 de julio de 2010

poesía magnética.





Hay poesía que es como una ola: te alcanza, te cubre por completo, y después se va, habiendo dejado una pequeña capa de sal en ti que tal vez en el futuro olvides, pero que seguirá influyéndote. Pero hay otras poesías que son magnéticas, cuyas palabras se quedan pegadas a tu piel como pequeños imanes y te acompañan con intensidad durante un periodo de tiempo tal vez más breve. También hay poesía que pasa indiferente a nuestro lado, como un soplo de aire, y que puede que, más tarde, cuando nos la volvamos a encontrar, se convierta en una ola o en un imán. O no.

Busco poesías magnéticas que se queden pegadas al cabecero de mi cama; busco poesías como olas que se me traguen entera y me arrastren a las profundidades del océano, a una nueva realidad.

Pero también puedo conformarme con esta poesía que es, literalmente, magnética. La compré en el Museo Van Gogh de Amsterdam, y sirve para matar las horas de aburrimiento y desperar la inspiración. Cuando me siento inspirada, cambio la poesía de nuestra nevera. La poesía del día, de la semana, del mes. La poesía de mi corazón en ese mismo latido.

m & e. e & m.



Porque my American girl está de vuelta. Porque me alegro muchísimo de haberte conocido. Porque te has convertido en una de mis mejores amigas en muy poco tiempo. Por las rayadas varias que compartimos. Por nuestros ataques de risa. Por nuetras disquisiciones sobre Fonética e Historia. Por los Montaditos que tanto te gustan. Por los mojitos. Y el parque de atracciones. Y los conciertos. Y las noches hablando hasta las tantas. Y los trayectos en metro. Porque aún nos queda mucho por vivir juntas. Salir por Malasaña. Ir a comer sitios "raros". Planificar viajes. Patinar sobre hielo. Intercambios. Interrailes.

My American girl. Mi chica deportista. De vuelta. ♥

domingo, 18 de julio de 2010

de lo que hablo cuando hablo de correr.

A veces, me entran ganas de correr. Cuando corro me olvido de todo y a la vez puedo pensar con más claridad.

Antes huía, de muchas cosas, pero probablemente y en especial de mí misma, de la parte que no me gustaba aceptar. Me perseguían. Me quedaba sin respiración.

Ahora sé que voy en la dirección correcta: no en la mejor según los demás, ni la más adecuada tampoco, sino la que yo elijo, quiero, decido.

Puede que tropiece y caiga, y que en la caída me haga daño. Puede que las zapatillas de correr no sean lo suficientemente rápidas cuando el dolor me alcance. Sé que no serán suficientes para salvarme.

Entonces me levantaré, buscaré alguna mano que quiera caminar a mi lado mientras me recupero, ataré mis zapatillas más fuerte y seguiré corriendo.

No se trata de no cometer errores, sino de aprender de ellos. De no tener miedo y hacerte más fuerte, más valiente, y enfrentarte a la vida, aceptando todas las consecuencias. De dejarse cambiar por los acontecimientos. Mantenerse inmóvil como una estatua pétrea no es vivir.

Ya nada puede detenerme.

de osos pandas y teleféricos.

Reencontrarte después de un tiempo con una amiga que no ves. Con una amiga que conoces desde los trece años (que ahora parece que sucedieron hace una eternidad), con una amiga con la que has crecido separada en la distancia, pero no en el tiempo. Siempre manteniendo el contacto, viendo la evolución de una persona, cómo va tomando decisiones y escogiendo caminos y su vida, aquella que parecía tan lejana a los trece años (donde ignorábamos tantas cosas que creíamos saber), comienza a dibujarse y a tomar forma. Y asusta, y da miedo, pero también es precioso. Es precioso ver a una persona que te importa crecer, y pasar por cosas buenas y cosas malas y volverla a ver y sentir que la amistad, y algunas cosas más, siguen como siempre. Es precioso poder volver atrás en el archivo de un blog y ver crecer a una persona como un flash-forward por escrito. ¿Se imaginarían nuestras yoes de trece años, blogueras e inocentes, que seríamos así a los diecinueve? Podemos estar seguras de que, aunque posiblemente las hayamos sorprendido, no las hemos decepcionado. ♥

sábado, 17 de julio de 2010

media distancia con destino madrid-chamartín.

Conocer en persona a una gran amiga con la que llevas hablando años. Ver libros. Compartir auriculares de iPod. ChicaCoca-Cola + ChicaNestea. Comprar libros de segunda mano en inglés (y hacerte amiga del librero). Que te vendan incienso con gracia. Té verde con limón y zumo de naranja. Pasear. Reír. Inventarse dobles sentidos que nadie más comprende. Decir cosas blancas, rosas y negras.

Pequeños placeres del día (o grandes, según se mire). Gracias por un día genial♥.


[Blog recomendado: 1000awesomethings, un placer cotidiano diario.]

jueves, 15 de julio de 2010

novelar.

Un escritor es algo extraño. Es una contradicción y también un sinsentido. Escribir también es no hablar. Es callarse. Es aullar sin ruido. Un escritor es algo que descansa, con frecuencia, escucha mucho. No habla mucho porque es imposible hablar a alguien de un libro que se ha escrito y sobre todo de un libro que se está escribiendo. Es imposible. Es lo contrario del cine, lo contrario del teatro y otros espectáculos. Es lo contrario de todas las lecturas. Es lo más difícil. Es lo peor. Porque un libro es lo desconocido, es la noche, es cerrado, eso es. El libro avanza, crece, avanza en las direcciones que creíamos haber explorado, avanza hacia su propio destino y el de su autor, anonadado por su publicación: su separación, la separación del libro soñado, como el último hijo, siempre el más amado.


(c) Marguerite Duras, Escribir.

El primer capítulo, al igual que las primeras líneas de un relato, siempre es el más difícil. Buscas empezar con la frase adecuada. Presentar bien la novela. Hacerla interesante. Dicen que tener el principio hecho es tener la mitad del trabajo. Yo hoy he escrito mi primer capítulo con sangre, sudor y lágrimas a cada palabra. Traigo un nuevo hijo a este mundo cruel, doloroso y bello. Aún queda mucho camino por descubrir de esta novela. Mi segunda novela, que lleva madurándose dos veranos. Esperemos que este sea el definitivo.

enamorarse de la ciudad.













En mi disco duro tengo otras 900 razones en .jpg para enamorarse perdidamente de esta ciudad.

Apartamentos con vistas al cielo. Vivir en una casa-barco. Desayunar junto al canal, leyendo un libro o escribiendo. Los cafés con sus terrazas. Ir a todos lados en bicicleta. Los tranvías. Las flores. La casa/museo/escondite de Ana Frank. El Museo Van Gogh. Las tiendas de libros usados. Los mercadillos con ropa de segunda mano. Amsterdam.

lunes, 12 de julio de 2010

doucement.

así esperas
las cosas lentas
de nuestra ciudad

mientras
el viento
muerde mis manos


(c) Luna Miguel, Estar Enfermo (Doucement).

sábado, 3 de julio de 2010

amsterdam.

Esta noche te cruzan
verdes, rojas, azules, rapidísimas
luces extrañas por los ojos.
¿Será tu alma?
¿Son luces de tu alma, si te miro?
Letras son, nombres claros
al revés, en tus ojos.
Son nombres: Universum,
se iluminan, se apagan, con latidos
de luz de corazón. Universum.
Miro; ya sé; ya leo:
Universum cinema, ocho cilindros,
saldo de blanco junto a las estrellas.
Te quiero así inocente, toda ajena,
palpitante
en lo que está fuera de ti, tus ojos
proclamando las vívidas
verdades de colores de la noche.
Las compraremos todas
cuando se abran las tiendas, ahora mismo
-Universum cinema-, cuando bese
las luces de tu alma, sí, las luces,
anuncios luminosos de la vida
en la noche, en tus ojos.


(c) Pedro Salinas, Amsterdam.

Nuestras almas reflejadas en las luces, nuestras almas reflejadas en nuestros ojos, nuestros nombres, escapando de nuestras almas.

(Volveré el 09/07).

viernes, 2 de julio de 2010

puentes como liebres

Y ella que sí claro, «por algo somos inseparables». Se fue el mozo y dije: «Ojalá». «Ojalá qué». Me di cuenta de que había conseguido desorientarla. «Ojalá fuéramos inseparables». Ella entendió que era algo así como una declaración de amor. Y era.
(...)
Era como si actuáramos dentro de una película. Nosotros, la pareja central. Estuvimos callados como media hora, pero los cuerpos se contaban historias, hacían proyectos, no querían separarse.


(c) Mario Benedetti, Geografías (Puentes como liebres).

Declaraciones de amor que no lo parecen.

jueves, 1 de julio de 2010

geografías.

En un intento de retomar el arte del relato corto tras la euforia post-examinal, estoy leyendo Geografías, un bellísimo libro de Mario Benedetti en el que los relatos cortos se combinan y entrelazan con poemas alrededor del tema unitario del exilio. Nunca he sentido que perteneciera realmente a ningún lugar, o, tal vez, a ningún lugar único, así que es curioso para mí experimentar esta sensación a través de la palabra escrita. Sumamente recomendable, pues los poemas son hermosos, pero los relatos son aún más agudos, y para ello dejo como prueba uno de los que más me han gustado y de los más cortitos, De puro distraído, y un fragmento de un poema, del mismo libro:

nunca sabré que espero de él
ni que conjuro deja en mis tobillos
pero cuando estos ojos se hartan de baldosas
y esperan entre el llano y las colinas
o en calles que se cierran en más calles
entonces sí me siento náufrago y sólo el mar puede
salvarme


(c) Mario Benedetti, El silencio del mar.

de provincias y ciudades.

Ahora, amiga mía
que una flor de papel preside el aire,
que el aire se deshace en dulces pétalos
de jadeante miel en tus rodillas,
ahora que no hablamos del otoño
ya nunca más
para no tropezar con tu mirada,
ahora que te adentras por la vida,
ligera, según dices,
desposeída al fin de prejuicios,
ideas recibidas, tiempo estéril,
incomprensibles normas y principios,
ay -ahora
que la virginidad navega todavía
como un barco vacío por oscuros telares,
por intactos desvanes y sueños sin sentido,
qué hacer en medio de la tarde,
cómo entregarse sin terror de pronto
y cómo confesar que detrás de tu lecho
odiosa la inocencia,
inservibles los claros pensamientos,
traicionan palabras aprendidas
en revistas de moda, tópicos de vanguardia,
digo, tópicos que tan libre te hacen,
aunque no de ti misma,
aunque no de tu vientre inopinado
donde súbito baja,
feroz y sofocante, el duro golpe
del corazón.

Qué tierna insensatez la de estar solos,
la del estremecimiento vergonzoso
ante la voz del hombre
Y el no estar a la altura de las propias palabras
con esfuerzo aprendidas,
pues ahora
bien sencillo sería el acto del amor
sin aquel eco
soez de sumergidas tradiciones
no expurgadas a tiempo,
ahora que la misma indiferencia
de las frases audaces y ante oídas
del loro varonil tan propicia parece,
si la conversación no fuera ya pretexto,
argumento de un miedo mal oculto
a no saber qué hacer en este trance.

Demasiado tarde vuelves
a recaer en frases y agudezas,
mientras escondes el temblor que sube,
absurdamente provinciano y burdo,
de niña de agua dulce,
desusada y antigua, hasta tus labios,
mientras repites al pic-up la misma
canción francesa que nos gusta tanto,
que nos hace sentir más al corriente,
casi no necios ni burgueses tristes.

Qué fácil fuera ahora desnudarse,
dejar caer el velo simplemente
sin el terror oscuro que te ata
a los núbiles senos,
qué fácil fuera acaso si no fuera
por la flor jadeante de papel amarillo
que preside la tarde,
por el desasosiego súbito que oprime
hasta el dolor tu tímida cintura
por la imposible confesión aciaga
de tu añeja inocencia,
por el urbano gesto
de loro aclimatado a otras regiones
con que el varón disfraza su animal procedencia,
por los pasos de alguien que se acerca,
por el timbre que suena
como un ángel guardián ( te ruboriza
sin poder evitarlo el pensamiento )
y la ocasión disuelve, mientras tú más segura
recuperas ingenio y frases hechas,
piensas que, al fin y al cabo, volverá a repetirse,
prefabricada como es, y entonces
no dudarás en entregarte,
entonces-
es decir, sin que llegue
el deseo a pasión ni la pasión a amor
ni el hálito terrible del amor
al abrasado borde de tu cuerpo.


(c) José Ángel Valente.